EL ATERRIZAJE EN UNA VIVIENDA TUTELADA


EL ATERRIZAJE EN UNA VIVIENDA TUTELADA

 Entusiasmo, dudas, ilusión, nerviosismo, miedo… sentimientos y emociones que todos hemos tenido ante cambios significativos en nuestras vidas y cuya forma de afrontarlos dependerá de nuestra capacidad de adaptación ante un hecho tan habitual e inevitable como son los cambios, algunos escogidos y otros sobrevenidos. Sacar provecho de ello dependerá de nuestra actitud, de darnos cuenta de que somos capaces de cambiar las cosas y de que este nuevo reto nos va a permitir optimizar frente al miedo a lo desconocido.

Cuando una persona con discapacidad intelectual comienza su andadura en una vivienda tutelada tiene un cambio significativo en su vida, que implica una adaptación a su nuevo entorno.Pero ¿cómo se lleva a cabo este cambio?

Desde la vivienda tutelada de hombres, trabajamos por facilitar este cambio a los nuevos usuarios con una incorporación progresiva, en la medida de lo posible.  Es el caso de nuestra última incorporación.

Su primera toma de contacto con la vivienda, la hizo de la mano de sus familiares y de la educadora responsable.

Después de ello, se celebró una “Tarde de Bienvenida” donde, entre aperitivos y refrescos, conoció al resto de sus compañeros y educadoras. . Él nos conocía por lo que días antes le había comentado la educadora responsable y nosotros por la misma valoración e información recopilada. Pero ese día era el primer contacto, el inicio de un proceso de conocimiento mutuo: conocerle, conocernos.

Tras unos días en la vivienda, se marchó durante el fin de semana con sus familiares. Momento en el que traslada sus impresiones, sus sensaciones de los primeros días en el piso.

El lunes siguiente regresa con la idea más asentada de que ésta va a ser su nueva casa, se va desvaneciendo la sensación de ser un invitado, vamos caminando juntos ante la creación de su nuevo hogar,  generando un lazo de confianza que procure una estabilidad emocional, sin dejar de lado el imprescindible establecimiento de unos límites de respeto ante la relación usuario/educador y fortaleciendo una postura que le acerque a la unión con sus compañeros.

Durante el periodo de adaptación, el equipo de educadoras de la vivienda realiza un seguimiento enfocado en su persona: cómo se relaciona, cómo se expresa, que le gusta o disgusta, cuales son sus cualidades, sus necesidades, etc. para con ello poder establecer unos objetivos y brindarle los recursos necesarios que le  permitan mejorar su calidad de vida.

Ésta es, a grandes rasgos, la perspectiva del equipo de profesionales. Pero… ¿cómo es el comienzo para RG, una persona de diecinueve años que comienza a formar parte de una Vivienda Tutelada? ¡Veámoslo!

aterrizaje vivienda

¿Cómo se planteó la idea de vivir en un piso tutelado? ¿lo pediste? ¿te lo propusieron? ¿qué pensaste? ¿cómo te lo imaginabas antes de conocerlo?

RG- Me propusieron el vivir en un piso tutelado. Pensé que no sería fácil el estar lejos de mi familia no me había hecho ninguna idea de como podía ser porque nunca había oído hablar de un piso tutelado.

 

¿Como recuerdas los primeros días en la vivienda tutelada?

RG-Fueron un poco difíciles porque no conocía a nadie ni el funcionamiento del piso.

 

¿Te costó mucho adaptarte? ¿Consideras que tus compañeros y educadoras se esforzaron en tu adaptación en la vivienda?

RG- Sí que me costó, aunque mis compañeros y educadores me ayudaron.

 

¿Qué pensabas de tus compañeros y educadoras?

RG-Me preguntaba como serían y parecía que eran buenas personas.

¿y en estos momentos?

RG- Pienso que son buena gente, son como mi familia.

 

Ahora que llevas más tiempo en el piso ¿qué es para ti una vivienda tutelada?

RG- Pienso que es una vivienda para gente con discapacidad intelectual donde se nos enseña a ser autónomos.

 

¿Dónde vivías antes? ¿Qué diferencias ha habido para ti entre vivir en el piso y donde vivías antes?

RG- Vivía en Moncada. No sé, supongo que el horario, el ver solo los findes a mis tios.

 

¿Qué crees que te aporta vivir en el piso?

RG- Aprender a ser autónomo.

 

En tu opinión, ¿qué es lo mejor de vivir en una vivienda tutelada? ¿y lo peor?

RG- Conocer a gente nueva y lo peor es la vergüenza que pasas cuando te presentas.

 

¿Cómo te ves en el futuro?

RG- Independizándome con algunos de mis hermanos.

 

¿Que les dirías a otras personas con discapacidad intelectual que dudan si solicitar plaza en una vivienda tutelada?

RG- Que deberia aprovechar la oportunidad, porque con la ayuda de las monitoras podrás aprender cosas para vivir solo.

 

La entrada en la vivienda, desde la mirada de la persona con discapacidad intelectual, implica una incertidumbre ante la idea de desprenderse de lo que conocía y adentrarse en lo desconocido. Un cambio que, al principio,  realizan sin saber muy bien el motivo concreto de ello, pero que con el paso de los días, adquiere un significado: incrementar su autonomía y autodetermianción.

En muchos casos, ésta motivación va ligada a la meta personal de poder independizarse y, en otros, el descubrimiento de sus propios sueños acerca de su futuro, que quizás antes, nadie le había preguntado.

Equipo Vivienda Tutelada I.