La alimentación no solo es salud, también es una gran oportunidad para aprender a ser más autónomos. En la vivienda tutelada de mujeres, cuidar la comida significa mucho más que preparar menús equilibrados: es un camino hacia la independencia, el bienestar y la confianza en uno mismo.
Elegir qué alimentos comprar, planificar un menú o preparar un plato sencillo son pequeños gestos que refuerzan la capacidad de tomar decisiones y la responsabilidad personal. Estos aprendizajes, trabajados día a día, ayudan a que las personas desarrollen habilidades que podrán aplicar en otros ámbitos de su vida.
El taller de comida saludable
Recientemente se ha realizado un taller de comida saludable en la vivienda. Durante la actividad, las usuarias no solo conocieron recetas fáciles y equilibradas, sino que participaron activamente en cada paso: desde cortar ingredientes hasta cocinar y presentar los platos. Esto les permitió experimentar que son capaces de cocinar por sí mismas y disfrutar de ello.
El taller fue una experiencia muy positiva, porque además de enseñar hábitos saludables, potenció la confianza, la iniciativa y la satisfacción personal de cada una.
La hora de la comida también es un momento de convivencia. Compartir lo que uno mismo ha preparado refuerza la autoestima y fomenta el sentimiento de pertenencia al grupo. Así, la alimentación se convierte en un medio para mejorar tanto la autonomía como las relaciones personales.

